“En la segunda mitad del siglo XX, especialmente en estos últimos años, tras el fin de la guerra fría, con la revolución de la electrónica y de la comunicación, el mundo de los negocios descubre de repente que la verdad no es importante, y que ni siquiera la lucha política es importante: que lo que cuenta en la información es el espectáculo, podemos vender esta información en cualquier parte. Cuanto más espectacular es la información, más dinero podemos ganar con ella.
De esta manera, la información se ha separado de la cultura: ha empezado a fluctuar en el aire; quien tenga dinero puede cogerla, difundirla y ganar más dinero todavía. Por tanto, hoy nos encontramos en una era de información totalmente distinta. En la situación actual, es éste el hecho novedoso”. Ryszard Kapucinski
Estas palabras de Ryszard Kapuscinski, uno de los grandes del periodismo, están recogidas en el libro Los cínicos no sirven para este oficio. Palabras que, una vez más, invitan a la reflexión.
Entonces me pregunto: ¿Cuál es la verdadera tarea de los periodistas? ¿Dónde ha quedado la ética de los profesionales de la información? ¿Preferimos espíritus inquietos fieles a la veracidad de los hechos… o marionetas movidas por el poder en función de intereses? ¿Realidad o manipulación?
La audiencia demanda entretenimiento, puro espectáculo, y los medios de comunicación se lo ofrecen. Se lo ofrecen porque así obtendrán mayores beneficios económicos. Pero no se paran a pensar que, quizá, ofreciendo otros productos de mayor calidad se eduque a la audiencia, hasta el punto de que las demandas sean diferentes a las actuales. Estamos sometidos a la espectacularización de contenidos, ya no sólo en los concursos o en programas como Gran Hermano, sino que también los propios telediarios siguen criterios sensacionalistas.
La mayor parte de la información que consumimos trata de manipularnos, de intoxicarnos. Intenta colocar en nuestra mente ideas ajenas a las nuestras. Por tanto, hay que intentar descontaminar nuestra mente, limpiarla de mentiras. Los ciudadanos deben hoy movilizarse para exigir que los medios pertenecientes a esos grandes grupos de poder tengan un respeto elemental a la verdad, porque la verdad constituye, en definitiva, la legitimidad de la información.
Queda en nuestra mano denunciar el nuevo superpoder de los medios de comunicación.
viernes, 1 de febrero de 2008
jueves, 3 de enero de 2008
La digitalización llega a los libros
“Un libro no es un objeto que sale así, de la nada; es el representante de un cierto tipo de cultura” Jean-Noël Jeanneney
La red de redes sigue cambiando nuestros hábitos cotidianos. Ya, anteriormente, con la aparición y la popularización del teléfono, casi nadie escribía cartas. En los buzones sólo encontramos facturas, recibos y propaganda, y en raras ocasiones alguna que otra postal de familiares o amigos que nos cuentan lo mucho que están disfrutando en sus viajes.
Después Internet se instaló en los hogares. Su llegada supuso la casi desaparición del género epistolar. Lo más práctico era enviar un correo electrónico (si había mucho que contar) o un mensaje a través del móvil (en el caso que fuera poco). Y así, las cartas, y todo su encanto, fueron sustituidas por los e-mails y los sms. Parece ser que esta manera de comunicarse resultaba más cómoda, más rápida y además estaba de moda.
Ahora es el turno de la digitalización de los libros. El lanzamiento del nuevo dispositivo de lectura de libros electrónicos Kindle, realizado por la librería virtual Amazon, permitirá almacenar hasta 200 libros. Leía hace unos minutos un artículo de Javier Celaya (socio fundador del portal Dosdoce.com) en El País que dice que “ya podemos escuchar la voz del autor a través de archivos sonoros podcast o ver imágenes de los lugares que describen en la novela. Ahora nos podremos llevar casi toda nuestra biblioteca personal de viaje” http://www.elpais.com/articulo/cultura/Otras/tecnologias/otros/lectores/elpepucul/20071231elpepicul_2/Tes.
Comparto la opinión del aumento de la oferta de libros en Internet, lo considero un gran progreso. Es una manera de acabar con la desigualdad de la cultura y conseguir su democratización. Pero creo que no deberíamos dejar todo en manos del señor Google. Se nos escapan otras muchas cosas. Cosas como imaginar por nosotros mismos aquello que leemos. Imaginar la voz de los protagonistas de nuestras novelas y también construir su fisonomía. Trasladarnos mentalmente a los lugares que el autor nos describe. Sentir el peso del libro en nuestras manos. Escuchar el ruido de las hojas al pasar. Percibir su olor. Con la digitalización se pierde esas pequeñas cosas que lleva consigo el placer de la lectura.
La red de redes sigue cambiando nuestros hábitos cotidianos. Ya, anteriormente, con la aparición y la popularización del teléfono, casi nadie escribía cartas. En los buzones sólo encontramos facturas, recibos y propaganda, y en raras ocasiones alguna que otra postal de familiares o amigos que nos cuentan lo mucho que están disfrutando en sus viajes.
Después Internet se instaló en los hogares. Su llegada supuso la casi desaparición del género epistolar. Lo más práctico era enviar un correo electrónico (si había mucho que contar) o un mensaje a través del móvil (en el caso que fuera poco). Y así, las cartas, y todo su encanto, fueron sustituidas por los e-mails y los sms. Parece ser que esta manera de comunicarse resultaba más cómoda, más rápida y además estaba de moda.
Ahora es el turno de la digitalización de los libros. El lanzamiento del nuevo dispositivo de lectura de libros electrónicos Kindle, realizado por la librería virtual Amazon, permitirá almacenar hasta 200 libros. Leía hace unos minutos un artículo de Javier Celaya (socio fundador del portal Dosdoce.com) en El País que dice que “ya podemos escuchar la voz del autor a través de archivos sonoros podcast o ver imágenes de los lugares que describen en la novela. Ahora nos podremos llevar casi toda nuestra biblioteca personal de viaje” http://www.elpais.com/articulo/cultura/Otras/tecnologias/otros/lectores/elpepucul/20071231elpepicul_2/Tes.
Comparto la opinión del aumento de la oferta de libros en Internet, lo considero un gran progreso. Es una manera de acabar con la desigualdad de la cultura y conseguir su democratización. Pero creo que no deberíamos dejar todo en manos del señor Google. Se nos escapan otras muchas cosas. Cosas como imaginar por nosotros mismos aquello que leemos. Imaginar la voz de los protagonistas de nuestras novelas y también construir su fisonomía. Trasladarnos mentalmente a los lugares que el autor nos describe. Sentir el peso del libro en nuestras manos. Escuchar el ruido de las hojas al pasar. Percibir su olor. Con la digitalización se pierde esas pequeñas cosas que lleva consigo el placer de la lectura.
jueves, 22 de noviembre de 2007
Conceptos básicos
“Sólo sé que no sé nada” Sócrates.
A menudo utilizamos palabras sin saber su significado. Las empleamos en distintos contextos, pero cuando nos preguntan que las definamos no sabemos por donde empezar. Esto es algo que no se puede permitir un estudiante de Ciencias de la Comunicación. Un periodista debe tener pleno dominio del lenguaje y, por tanto, de lo que quiere decir con cada una de las palabras que emplea a la hora de hablar o escribir.
Por este motivo, vamos a conocer que significan distintos conceptos que utilizamos a menudo, para que podamos hablar con propiedad.
Emitir es pasar una señal de un polo emisor a un polo receptor. No es lo mismo emisión que difusión, ya que esta última hace referencia a una señal que llega a un público amplio, masivo.
No podemos emplear indistintamente las palabras comunicar o informar. Para que exista la primera es necesario que haya reciprocidad, es decir, que haya una respuesta. En cambio, para informar no tiene por qué haber una respuesta por parte del receptor. Lo mismo ocurre con noticia e información. Hoy día se emplean estos conceptos para referirse a la misma cosa, y no tendríamos que caer en ese error. Noticia es un género informativo que describe sin emitir ningún tipo de valoración, mientras que información es un término mucho más amplio que un género periodístico particular. Cuando introducimos juicios de valor ya nos estamos refiriendo a la opinión.
Hay que hacer una clara diferenciación entre argumentar, narrar y describir.
Argumentar: Proceso lógico que implica convencer y dar razones.
Narrar: Se explica el proceso de transformación de algo.
Describir: Explicar sólo un punto concreto, sin hacer referencia al proceso de transformación.
Cuando estamos instruyendo a alguien, le estamos transmitiendo conocimientos. Sin embargo, si educamos, no sólo transferimos conocimientos, sino también valores. Por otra parte, aprender sería conocer algo nuevo, pero también podemos aprender habilidades. Entre las habilidades cabe destacar la cognitiva. Ahí es donde entra en juego las sensaciones, las percepciones y la imaginación.
Razonar es descubrir cosas que no se saben. A partir de nuestros propios conocimientos vamos generando otros nuevos. Este concepto implica deducción e inducción. La deducción es un fenómeno lógico que va de lo general a lo particular, en cambio, la inducción consiste en sumar casos particulares. Es hipotética.
A modo de conclusión, nos han instruido para que razonemos y sepamos qué palabra utilizar cuando queramos argumentar, narrar o describir aquello que nos rodea.
A menudo utilizamos palabras sin saber su significado. Las empleamos en distintos contextos, pero cuando nos preguntan que las definamos no sabemos por donde empezar. Esto es algo que no se puede permitir un estudiante de Ciencias de la Comunicación. Un periodista debe tener pleno dominio del lenguaje y, por tanto, de lo que quiere decir con cada una de las palabras que emplea a la hora de hablar o escribir.
Por este motivo, vamos a conocer que significan distintos conceptos que utilizamos a menudo, para que podamos hablar con propiedad.
Emitir es pasar una señal de un polo emisor a un polo receptor. No es lo mismo emisión que difusión, ya que esta última hace referencia a una señal que llega a un público amplio, masivo.
No podemos emplear indistintamente las palabras comunicar o informar. Para que exista la primera es necesario que haya reciprocidad, es decir, que haya una respuesta. En cambio, para informar no tiene por qué haber una respuesta por parte del receptor. Lo mismo ocurre con noticia e información. Hoy día se emplean estos conceptos para referirse a la misma cosa, y no tendríamos que caer en ese error. Noticia es un género informativo que describe sin emitir ningún tipo de valoración, mientras que información es un término mucho más amplio que un género periodístico particular. Cuando introducimos juicios de valor ya nos estamos refiriendo a la opinión.
Hay que hacer una clara diferenciación entre argumentar, narrar y describir.
Argumentar: Proceso lógico que implica convencer y dar razones.
Narrar: Se explica el proceso de transformación de algo.
Describir: Explicar sólo un punto concreto, sin hacer referencia al proceso de transformación.
Cuando estamos instruyendo a alguien, le estamos transmitiendo conocimientos. Sin embargo, si educamos, no sólo transferimos conocimientos, sino también valores. Por otra parte, aprender sería conocer algo nuevo, pero también podemos aprender habilidades. Entre las habilidades cabe destacar la cognitiva. Ahí es donde entra en juego las sensaciones, las percepciones y la imaginación.
Razonar es descubrir cosas que no se saben. A partir de nuestros propios conocimientos vamos generando otros nuevos. Este concepto implica deducción e inducción. La deducción es un fenómeno lógico que va de lo general a lo particular, en cambio, la inducción consiste en sumar casos particulares. Es hipotética.
A modo de conclusión, nos han instruido para que razonemos y sepamos qué palabra utilizar cuando queramos argumentar, narrar o describir aquello que nos rodea.
miércoles, 14 de noviembre de 2007
La misión del PERIODISTA
“El deber del periodista es ir donde está el silencio” Amy Goodman
Complicado ejercer el PERIODISMO hoy en día. Complicado porque, por un lado, cada vez hay menos corresponsalías, menos ojos, menos puntos de vista y, en cambio, existen más periodistas que trabajan en sus oficinas frente a un ordenador. Por otro, porque cada vez se utiliza más el copy-paste. Son unas cuantas grandes agencias las que envían los mismos textos, los mismos testimonios a todos los medios de comunicación. De ahí que cada vez la información sea más uniforme, más similar.
Es aquí cuando nos debemos preguntar cual es la misión del periodista, cuando nos debemos replantear la tarea de los profesionales de la comunicación. Es aquí cuando tenemos que decidir si optamos por tener un espíritu inconformista que luche para salvar la verdad o, por el contrario, si preferimos un espíritu pasivo, sumiso, que se dedique a trabajar en función de los intereses que tenga la empresa; lo que conllevaría a esconder una parte de la realidad y, por tanto, a no ser honestos con nuestro compromiso. Difícil escapar de esta segunda opción, aunque no imposible.
La información es uno de los pilares de las sociedades libres y democráticas, donde el derecho a estar informados es fundamental. El periodista, al que nunca ha de faltarle la vocación, la inquietud y las ganas de aprender, es aquel que tiene que ir a lugar de los hechos, y, una vez allí, ha de describir lo que ve, ha de narrar lo que no cuentan los gobiernos o las instituciones, ha de ser la voz de los que no la tienen, ha de acercarse al rigor informativo.
Aún hay algunos que creemos en el periodismo con mayúsculas. Ejerciéndolo podremos cambiar en la medida de lo posible lo malo del mundo. Nunca hay que perder el miedo a contar o a denunciar. No podemos rendirnos ante las dificultades. No podemos caer en la absoluta pasividad. No podemos permitir que nos obliguen a renunciar al PERIODISMO.
Complicado ejercer el PERIODISMO hoy en día. Complicado porque, por un lado, cada vez hay menos corresponsalías, menos ojos, menos puntos de vista y, en cambio, existen más periodistas que trabajan en sus oficinas frente a un ordenador. Por otro, porque cada vez se utiliza más el copy-paste. Son unas cuantas grandes agencias las que envían los mismos textos, los mismos testimonios a todos los medios de comunicación. De ahí que cada vez la información sea más uniforme, más similar.
Es aquí cuando nos debemos preguntar cual es la misión del periodista, cuando nos debemos replantear la tarea de los profesionales de la comunicación. Es aquí cuando tenemos que decidir si optamos por tener un espíritu inconformista que luche para salvar la verdad o, por el contrario, si preferimos un espíritu pasivo, sumiso, que se dedique a trabajar en función de los intereses que tenga la empresa; lo que conllevaría a esconder una parte de la realidad y, por tanto, a no ser honestos con nuestro compromiso. Difícil escapar de esta segunda opción, aunque no imposible.
La información es uno de los pilares de las sociedades libres y democráticas, donde el derecho a estar informados es fundamental. El periodista, al que nunca ha de faltarle la vocación, la inquietud y las ganas de aprender, es aquel que tiene que ir a lugar de los hechos, y, una vez allí, ha de describir lo que ve, ha de narrar lo que no cuentan los gobiernos o las instituciones, ha de ser la voz de los que no la tienen, ha de acercarse al rigor informativo.
Aún hay algunos que creemos en el periodismo con mayúsculas. Ejerciéndolo podremos cambiar en la medida de lo posible lo malo del mundo. Nunca hay que perder el miedo a contar o a denunciar. No podemos rendirnos ante las dificultades. No podemos caer en la absoluta pasividad. No podemos permitir que nos obliguen a renunciar al PERIODISMO.
sábado, 10 de noviembre de 2007
Living Memory: la formación como objetivo urgente.
Retomando el tema de los telecentros, el pasado 29 y 30 de octubre asistí en Barcelona a las jornadas del proyecto europeo Living Memory (MEVA), que se traduce como Memoria Viva. Esta iniciativa tiene como principal objetivo el aprendizaje de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en las personas de más de 50 años que viven en zonas rurales de Europa y, por consiguiente, que tienen menos posibilidades a la hora de acceder a estas nuevas tecnologías.En este proyecto participan, además de España, países como Suecia, Austria y Polonia. Todos buscan el mismo fin: garantizar internet de forma gratuita a todas las personas para disminuir la brecha digital, ya que ésta no sólo tiene que ver con la pobreza y la riqueza, sino con la posibilidad de acceso a las TIC. Por tanto, hay que lograr la integración y buscar un equilibrio entre lo rural y lo urbano. Si seguimos acumulando el conocimiento en pequeños grupos, la democracia tendrá pocos días. De ahí que surjan ideas como Living Memory, que pretenden impulsar la alfabetización digital en personas con más dificultades o deficiencias.
Los asistentes a este encuentro compartieron sus experiencias propias y aprendieron con las ajenas, escuchando a los diferentes expertos en esta materia y demostrando ser todo un ejemplo de cooperación, algo fundamental para “no perder el tren de las nuevas tecnologías”. En la Europa social se deben promover los valores de compromiso entre la ciudadanía, educación para todos los sectores, libertad de expresión y derecho a la información… todos ellos son necesarios para fomentar el pensamiento crítico.
Además de los formadores, también participaron en este encuentro los verdaderos protagonistas: los alumnos. Entre ellos estaba Araceli Rodríguez, una mujer jubilada de Asturias que afirmó que, aunque muchas personas mayores se muestran reacias a las nuevas tecnologías porque no consiguen familiarizarse con ellas, es una oportunidad de tener “el mundo al alcance de tus manos”, a golpe de click. Lo que hace falta, por tanto, es tener ilusión y querer hacer. Nunca es tarde cuando se trata de aprender.
"Ilustración es atreverse a pensar, atreverse a ser libres" I. Kant
miércoles, 7 de noviembre de 2007
POR UNA TELEVISIÓN DE CALIDAD
Ponentes: Joan Manel Tresserras, conseller de Cultura i Mitjans de Comunicació; Francesc Escribano, director de la televisión de Cataluña; Lluis Ferrer, rector de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB); Josep Joan Moreso, rector de la Universitat Pompeu Fabra (UPF); Joan Majó, director de la Coporació Catalana de Ràdio i Televisió (CCRTV) i Rosa María Molins, directora de l’Àrea de beques i estudis de l’Obra Social La Caixa.
Con el conocimiento como bandera, se presentó el pasado 26 de octubre en la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) la segunda edición del Master en innovación y calidad televisiva, que lleva a cabo TV3, la Universidad Pompeu Fabra y la UAB.
La búsqueda de calidad en los productos televisivos y la capacidad de innovación son los principales pilares del master. Dos aspectos fundamentales a tener en cuenta, y más hoy en día, que se hace un periodismo de imitación que cada vez apuesta menos por nuevos formatos, un periodismo partidista que responde a intereses, un periodismo, en muchos casos, sin personalidad propia.
“La mirada culta nos hará más libres” decía el conseller de Cultura i Mitjans de Comunicació, Joan Manel Tresserras, que en su intervención hizo un llamamiento a crear una televisión de calidad con producción propia, que actúe como un espacio público de cultura, ciencia y conocimiento. De no ser así, no se educará a la audiencia y como recordó Tresserras, “la ignorancia es enemiga del pluralismo”.
Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de enseñar a los espectadores a pensar, a ser críticos. Lo fácil es caer en la “telebasura”, con programas que baten records de audiencia, pero que están vacíos de contenido, cuya finalidad es única y exclusivamente la de entretener, sin aportar nada a la población. Nunca ha de faltar la ética de los periodistas, porque, como afirmó el conseller “sólo los profesionales cultos son libres, y para ser culto hay que ir renovando el conocimiento propio. La cultura hace posible la libertad”.
Más información acerca del Máster: http://www.uab.es/servlet/Satellite?cid=1096480371089&pagename=UAB%2FPage%2FTemplatePageDetallEstudisPOP¶m1=1096480431501
Con el conocimiento como bandera, se presentó el pasado 26 de octubre en la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) la segunda edición del Master en innovación y calidad televisiva, que lleva a cabo TV3, la Universidad Pompeu Fabra y la UAB.
La búsqueda de calidad en los productos televisivos y la capacidad de innovación son los principales pilares del master. Dos aspectos fundamentales a tener en cuenta, y más hoy en día, que se hace un periodismo de imitación que cada vez apuesta menos por nuevos formatos, un periodismo partidista que responde a intereses, un periodismo, en muchos casos, sin personalidad propia.
“La mirada culta nos hará más libres” decía el conseller de Cultura i Mitjans de Comunicació, Joan Manel Tresserras, que en su intervención hizo un llamamiento a crear una televisión de calidad con producción propia, que actúe como un espacio público de cultura, ciencia y conocimiento. De no ser así, no se educará a la audiencia y como recordó Tresserras, “la ignorancia es enemiga del pluralismo”.
Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de enseñar a los espectadores a pensar, a ser críticos. Lo fácil es caer en la “telebasura”, con programas que baten records de audiencia, pero que están vacíos de contenido, cuya finalidad es única y exclusivamente la de entretener, sin aportar nada a la población. Nunca ha de faltar la ética de los periodistas, porque, como afirmó el conseller “sólo los profesionales cultos son libres, y para ser culto hay que ir renovando el conocimiento propio. La cultura hace posible la libertad”.
Más información acerca del Máster: http://www.uab.es/servlet/Satellite?cid=1096480371089&pagename=UAB%2FPage%2FTemplatePageDetallEstudisPOP¶m1=1096480431501
lunes, 29 de octubre de 2007
INTERNET PARA TODOS
"A causa de su abundancia, los sistemas de información se parecen un poco a los supermercados: es la "gran comida" de la información y de la educación". Dominique Wolton.
Combatir la brecha digital. Este es el objetivo de Cibernarium, un proyecto de cooperación entre Europa y Latinoamerica que nace gracias a la inciativa alis de la Unión Europea. La idea es ampliar las oportunidades de acceso a las nuevas tecnologías y crear "un espacio donde formarte y crecer con internet" de forma gratuita.
Vivimos en "la era digital". Esto supone ventajas, pero también incovenientes. Debido a esta situación, otros valores se están perdiendo. Los niños se pasan las horas frente a la pantalla del ordenador, cuando antes lo más normal era salir a jugar a la calle, con los amigos. Hoy en día nos resulta impensable imaginar una sociedad sin nuevas tecnologías, sin internet. Pero aunque existe una sociedad de la información globalizada, no todos tienen las mismas posibilidades de acceso, y además, a las generaciones anteriores les cuesta familiarizarse con los nuevos avances tecnológicos porque no han crecido con ello, como es nuestro caso.
En este tema, considero que lo más importante es la capacidad educativa y cultural de utilizar internet. Una vez que toda la información está en la red, una vez que el conocimiento está en la red, de lo que se trata es de saber dónde está la información, cómo buscarla, cómo procesarla, cómo transformarla en conocimiento específico para lo que se quiere hacer. Esa capacidad de aprender a aprender, esa capacidad de hacer qué hacer con lo que se aprende, esa capacidad es socialmente desigual. Es ahí donde está la brecha digital en estos momentos.
La acogida de Cibernarium ha sido, y está siendo, muy positiva. Desde su creación, en 1999, más de 500.000 personas han participado en los distintos cursos que ofrece, y que se renuevan trimestralmente.
Si queremos continuar con la "evolución digital", hemos de hacer accesible internet y sus ventajas a la parte de la población que tiene menos posibiliades. Debemos fomentar la alfabetización digital y disminuir en todo lo posible la brecha existente. Encontrar en los sistemas de información la base de una nueva solidaridad mundial.
Para más información: http://www.cibernarium.com/
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